Calistemon a contraluz.
Esas tardes soleadas de Febrero son únicas.
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Cuando estaba en la secundaria mi mamá me regaló una cámara fotográfica, a partir de ese momento mi vida cambió radicalmente; posteriormente me compró un equipo para revelar fotografías y esto produjo otro cambio. Finalmente cuando ingresé a la fotografía digital el mundo volvió a cambiar para mi. Todo esto me permitió comunicar como veo el mundo.
Esas tardes soleadas de Febrero son únicas.
Publicado por Miguel Armando Lopez Ramírez en 12:28
si se disfruta, con una vida basta.
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